Cuentos, historias y leyendas.

Contar cuentos forma parte del oficio de padre.

No me refiero a dar una excusa que no tiene que ver con la realidad para evitar un compromiso, ni contar extrañas historias para responder preguntas «comprometidas».

Contar cuentos, clásicos, modernos, inventados o vividos, ha sido un placer compartido con mis hijas.

Aunque hay que tomar prevensiones, como Serrat nos indica en la canción «Esos locos bajitos»:

Por eso nos parece que son de goma
y que les bastan nuestros cuentos para dormir

No solo vivimos de cuentos, pero compartir ese momento de día en tranquilidad, ha sido una de las cosas que más he disfrutado.

Bruno Bettelheim en «Psicoanálisis de los cuentos de hadas» nos habla de la importancia de estos cuentos clásicos.

Pero yo veo más cercana la postura de Gianni Rodari al considerar un cuento alimento para la imaginación.

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