La excursión

En el cole habían organizado una excursión.

¡Pasarían dos noches fuera de casa!

Además dormirían en tiendas de campaña. Seria muy divertido.

La noche anterior durmieron poco y se levantaron muy temprano.

Aunque ya tenían las mochilas preparadas, volvieron locos a sus padres:

-¿Va la linterna?

-¿Llevo los calcetines?

-¿Echaste la brújula?

A saber para que querría Candela una brújula si no sabia usarla, ni llevaba mapas, pero la llevaba.

Llegaron muy temprano a la plaza donde les recogería el autobús, pero ya estaban casi todos los amigos y sus padres y se fue organizando un buen jaleo. Cuando llego el autobús, subieron  corriendo y se pasaron el viaje cantando. Y preguntando:

-¿Cuánto falta para llegar?

-¿Cuándo llegamos?…

El barquito.

El barquito
Cuentos de Candela

Cuando Candela llego al cole, ya estaban allí casi todos sus amigos, Silvio, Carmen, Isadora,.. y hubo de todo, saludos:

-Hola.

-Hola, Silvio.

-Hola…

Besos:

-Muac, muac…

Y hasta empujones:

-No te cueles que yo estaba primero, ea!.

Ya estaban allí los profes, la de Candela se llama Coral.

Al poco rato ya estaban todos, y se fueron a jugar al patio. Al poco empezó a llover y no hubo más remedio que ir a las clases; allí pintaron, jugaron al correquetepillo, a los puzzles, a las palabras. Hicieron todos los juegos y las actividades que les dijo Coral, pero ese día nada les divertía ni les entretenía; se habían empeñado en jugar en el patio, pero no dejaba de llover…

La Giralda

La Giralda

En Sevilla hay una torre muy alta, que se llama La Giralda. A La Giralda se sube por unas rampas, solo tiene escaleras en los últimos pisos, muy arriba. La hicieron así para poder subir a caballo, ¡Como es tan alta!.

Candela, Abril e Iris viven en Sevilla y un día fueron de excursión a La Giralda, con todos sus amigos del cole. Siempre es bonito subir a la Giralda. No hace que los demás edificios parezcan menos importantes, se ven mejor desde ella.

Pero como siempre se traían algo raro entre manos, no solo iban a subir para disfrutar de las maravillosas vistas que había arriba. En las mochilas llevaban escondidas unas cometas que pensaban volar desde lo alto, pensaron que seria chulísimo y que arriba habría mucho viento…

La Bicicleta

Candela fue al cole con su papa, eso pasaba un día si y uno no, el que no la llevaba María, su mama.

Cuando iba con su papa iban en la bici, era una bici vieja con varios remiendos para que un adulto cupiera en ella pues era muy pequeña. Enganchada al manillar y entre los brazos del conductor había una pequeña sillita con un cinturón de seguridad; no importaba que fuera pequeña pues Candela también lo era.

En el camino aprendía muchas cosas, porque nunca se cansaba de preguntar, y su padre nunca se cansaba de responder, bueno a veces un poco, y así desde la bicicleta, o también andando, pero hoy no iba andando, conocía el mundo. Aprendió los colores preguntando:

-Ito- Candela le decía ito a su papa, de papá-ito- de que color es ese coche.

-Verde- otras veces era rojo, blanco, marrón, gris, azul,…

Después pudo distinguir que la bici pasaba cuando el semáforo – también aprendió los nombres de las cosas – estaba verde y se paraba en rojo.

Ya había aprendido tanto que seguramente no pudiera aprender nada más en la bici, de pronto noto algo raro, no se notaba el traqueteo de los baches, en Sevilla hay muchos y aprendió pronto esa palabra y sus consecuencias, le extraño tanto esto de los baches que miro al suelo y se dio cuenta que la bici no tocaba el suelo,…